Los coches eléctricos están comenzando a ser una alternativa para los que hacen un uso diario del mismo y tienen la posibilidad de cargarlo diariamente. Te contamos las cosas fundamentales que has de saber antes de adquirir uno
Un coche eléctrico en general es más sencillo en cuanto a su mecánica, y con un coste de movimiento sensiblemente inferior al de un coche de combustión, incluso de combustibles alternativos como el gas, tanto GLP como Natural. ¿Y qué te parece que te diga que en un coche de combustión sólo aprovechas poco más de una tercera parte del combustible para moverte, perdiendo las otras dos en calor?.
Pero no todo el mundo puede disponer de un coche eléctrico de momento, porque, o ni las infraestructuras, o ni la tecnología a nivel popular están preparadas para el «repostaje» o recarga de las baterías. Por lo tanto tienes que disponer de un enchufe, aunque sea normal y corriente, en el que poder conectar el coche a diario, para que de esta forma amortices la diferencia de precio que hay con respecto a los coches tradicionales, y que es principalmente por el alto coste de la batería.
Los coches totalmente eléctricos se mueven con un motor de estas características, sin emitir CO2, ni emisiones de cualquier tipo, no hay tubo de escape que valga. Pero hay que recargarlos, y este proceso a día de hoy es lento en relación a su autonomía de movimiento, hablando siempre de coches populares por su precio de adquisición y de sistemas de recarga domésticos.
Mecánica más sencilla.
Un motor eléctrico es más compacto, menos pesado, y no necesita una caja de cambios, esto es porque giran a muchísimas más revoluciones por minuto que un motor de combustión, y su potencia es más homogénea, es decir, desde pocas vueltas su par y potencia son más contundentes.
Sin caja de cambios ya nos hemos quitado de encima un elemento costoso y que hay que mantener, y sin caja de cambios tampoco hay embrague, la transmisión del giro del motor es directa a las ruedas y sólo hace falta un grupo reductor para que éstas den menos vueltas lógicamente que las que da el motor en sí.
Tampoco motor de arranque.
El motor eléctrico no necesita «arrancarse» basta con dar al contacto, es decir, abrir el circuito eléctrico, o dicho mejor, «encenderlo» como el que enciende cualquier aparato eléctrico, por lo tanto tampoco hay motor de arranque. Una vez encendido, sólo hay que poner la palanca de selección de movimiento, la que llamaríamos «palanca de cambios» en un coche tradicional, y acelerar para movernos.
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